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Foto: abc.es |
Como un homenaje especial para El Goyo
…y el Goyito.
(Por: Cesario Padilla).- “Me parece mentira,
que tampoco esta noche, escucharé tu voz”. Es un fragmento de su canción “En un
Rincón del Alma” que retrata el deceso físico del cantautor argentino Alberto
Cortez, que falleció a sus 79 años, a las 15 horas de este jueves en Madrid,
España.
De acuerdo con fuentes cercanas al cantante, su muerte se
debió a una insuficiencia cardiaca, tras largos días de cuidados médicos. El
pasado 27 de marzo, fue ingresado al Hospital Universitario Puerta del Sol, en
Móstones, lugar retirado de la ciudad madrileña, informó la Agencia Española de
Noticias (EFE).
Para este fin de semana, tenía previsto una serie de
conciertos, en República Dominicana y Puerto Rico, entre otros países de
Latinoamérica.
La compañía Big Show Pro, quien promocionaba el concierto
del cantautor en Santo Domingo, escribió en su cuneta de Facebook un mensaje el
mismo día que Cortez fue ingresado de urgencia al hospital.
“El artista Alberto Cortez se encuentra en este momento en
la unidad de cuidados intensivos de un hospital en Madrid… Exhortamos al pueblo
dominicano, que por tanto tiempo ha seguido la carrera del Quijote de la
Canción, elevar sus oraciones por el pronto restablecimiento de su salud”.
Nacido el 11 de marzo de 1941, en Runcul, un lugar de La
Pampa argentina. Su nombre real era José Alberto García Gallo. Desde 1961
empezó a ser conocido por sus composiciones. Entre su repertorio deja canciones
como “A partir de mañana”, “Boni bonita”, “Distancia”, “El abuelo”, “En un
rincón del alma”, “Callejero”, “Camina siempre adelante”, entre otras.
Reconocido por musicalizar poemas del español Antonio
Machado, Pablo Neruda y uno en especial, “La nana de las cebollas” de Miguel Hernández,
asesinado por la dictadura franquista; también interpretado por Joan Manuel Serrat.
De igual forma, Cortez se identificó por musicalizar los poemas "Piu Avanti" y "Molto Piu Avanti", de su compatriota "Almafuerte" (su nombre real era Pedro Bonifacio Palacios).
La amistad que
produjo una gira y su paso por Honduras
Entre 1994 y 1995, dos voces se juntaron más allá de una
amistad declarada. Eran Facundo Cabral y Alberto Cortez, con ello nació “Lo
Cortez no quita lo Cabral”. Grabado en dos volúmenes, recorrieron España y
varios países de América, por mencionar algunos están México y Honduras.
A finales del año 94, Facundo y Alberto, se presentaron en
el Salón de Convenciones del Hotel “Honduras Maya” de Tegucigalpa. Como una
anécdota, la periodista Olga Iris Mencía recuerda una pequeña discusión entre
ambos cantautores, que fue resuelto con un “Cantemos, Facundo”.
El poeta Félix Cesario -mi padre- recordó a Cortez con la
camiseta de la gira que realizó junto a Cabral, cuya leyenda dice “Una puerta
abierta a la esperanza”. Evocó parte de las composiciones de Alberto grabadas
en su memoria, como fiel testigo del recital ofrecido hace 24 años en la
capital hondureña.
Luego de esta producción conjunta, le siguió “Cortezias y
Cabralidades”, siempre a dos volúmenes, producido en 1998.
Facundo Cabral fue asesinado en julio de 2011, en Ciudad de Guatemala. Tras la muerte de su amigo, Cortez dijo a medios internacionales sentirse "desolado".
"Uno no sabe porque suceden estas cosas. Facundo era un
hombre de paz, tranquilo, no insultaba a nadie. Eramos muy felicies, cuatro años muy buenos con la gira, un
hombre místico, que le cantaba a la paz", expresó en aquel momento en declaraciones que publicó el diario Prensa Libre.
“Que suerte he tenido
de nacer”
También dedicado a la poesía, es recordado por declamarlo en
sus diferentes recitales, tal y como lo hizo cuando llegó a Tegucigalpa junto a
Facundo Cabral. Se trata del poema “Que suerte he tenido de nacer”.
Más de 50 años de trayectoria musical, 40 producciones
discográficas, dos actuaciones en películas “Los éxitos del amor” en 1979 y
“Ritmo todo color” de 1980.
Como si se tratara de plasmar su partida, Cortez en su poema
dice: “Pero sé, bien que sé...Que algún día también me moriré, Si ahora vivo
contento con mi suerte, sabe Dios qué pensaré cuando mi muerte, cuál será en la
agonía mi balance, no lo sé, nunca estuve en ese trance”.
Más que la muerte de un cantautor, se trata de un
reencuentro con su amigo Facundo, con Estela Raval, Mercedes Sosa. Mientras
tanto nos quedamos con un nudo en sus canciones en un rincón del alma.